sábado, 3 de mayo de 2008

Ser digno de ser (Película)


LA DIGNIDAD DE SER

Ser digno de ser” es la historia de un niño negro etíope que se hace pasar por judío para emigrar a Israel y así sobrevivir a la miseria.

En momentos en que las expresiones racistas van a la par de la caída de bombas en Medio Oriente, “Ser digno de ser” es una interesante opción para tomar conciencia de este tipo de actos. Esta película relata la historia de un niño negro etíope que es obligado, por su madre cristiana, a hacerse pasar por un falasha para salvar su vida y escapar de la pobreza. Esto se dio en el marco de la “Operación Moisés”, un proyecto llevado a cabo por los gobiernos de Estados Unidos e Israel en 1984, para repatriar a Tierra Santa a aquellos judíos etíopes (falashas), descendientes del Rey Salomón.

Al dejar su tierra, el niño también deja a su madre sola, la única sobreviviente de su familia, y se embarca rumbo a Israel. Allí su vida cambiará por completo: le enseñarán nuevas costumbres, como ponerse las medias, comer con cubiertos, o dormir en una cama, será adoptado por una familia y tendrá un nuevo nombre. Desde el primer momento el niño intenta que no descubran su verdadera identidad: el no es ni judío ni huérfano, tan sólo es un niño negro.

Schlomo –tal su nuevo nombre- crece y va descubriendo las cosas buenas y malas de la vida: el amor, el trabajo, la diversión, el racismo, la discriminación, la guerra. Pero nunca olvidará a su madre: su sueño es volver a verla con vida mientras pueda. Un acierto que se ha logrado es que los tres actores que interpretan a Schlomo –Moshe Agazal, Moshe Abebe y Moshe Sabah-, en las distintas etapas de su vida, logran la continuidad del personaje en la obra.

Es una película cargada de emoción y simbolismos: el título del film nos propone una frase más que atrayente. Es la misma que pronuncia su madre al despedirse de él. El sorprendente y emotivo final, nos revela el por qué de esa expresión, en la cual, también, está implicada la palabra “identidad”. Los símbolos abundan durante varias escenas de la película: Schlomo mira siempre hacia la luna, que representa a su verdadera madre, y es el único recuerdo viviente que tiene de ella; o cuando lo están bañando, se desespera por el agua que se escurre por la rejilla, pensando que se iba a agotar prontamente como en su tierra natal; su tercer madre adoptiva, Yael, - la bella actriz Yael Abecassis- le lame la cara frente a sus compañeros para repudiar las opiniones de que los africanos traen enfermedades a Israel.

Un punto a destacar, es que la familia adoptante es de izquierda y no religiosa, lo cual es relevante a la hora de ver la posición del director en esta película, crítico del racismo y el rabinato. La familia constituída por Yoram – Roschdy Zem-, Yael, y sus dos hijos, acompañan a Schlomo en todas las etapas de su vida. Pero el film no sólo abarca las cuestiones sociales, sino que también hace mención a la guerra (el conflicto palestino-israelí, el acuerdo de Oslo, y la asesinato del primer ministro israelí Rabbin) y a las disputas familiares que ella trae, lo cual es difícil de retratar en 140 minutos, por eso al promediar la segunda mitad de la película la atención decae un poco.

El film esta dirigido y guionado por Radu Mihaileanu, un judío franco-rumaní que emigró a París huyendo de la dictadura comunista de su país. Director de varios largometrajes, tuvo sus días de gloria en 1998 cuando “Train de Vie”, recibió el Premio de la Crítica en el festival de Venecia, el Premio del Público en el Festival de Sundance, Miami, Hampton y San Pablo y dos nominaciones al César, entre otros. “Ser digno de ser” recibió el año pasado el Premio de Mejor Film Internacional en Berlín.

A pesar de algunos deslices internos, es una película conmovedora y emotiva, que nos hace reflexionar a todos acerca del mundo en que vivimos.


FICHA TÉCNICA

Ser digno de ser

Drama – Título original: “Va, vis et deviens” (Francia/Israel/Italia/Brasil, 2005) 142 minutos. SAM 13.

DIRECCION: Radu Mihaileanu.

GUIÓN: Radu Mihaileanu.

INTERPRETES: Yaël Abecassis, Roschdy Zem, Moshe Agazai, Moshe Abebe, Sirak M. Sabahat, Roni Hadar, Yitzhak Edgar, Rami Danon, Meskie Shibru Sivan, Mimi Abonesh Kebede, Raymonde Abecassis.
SALAS: Village Recoleta, Abasto, Cinemark, Lorca
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MUY BUENA ۩ ۩ ۩ ۩

Fecha del artículo: agosto de 2006

Publicado en: Trabajo Práctico para el Instituto Grafotécnico


LA CREACIÓN DEL MIEDO

Jorge Julio López era hasta hace unas semanas el testigo que, con su testimonio, logró que el ex comisario de la Policía Bonaerense Miguel Etchecolatz fuera condenado a reclusión perpetua por seis homicidios, apremios ilegales y dos secuestros de personas. Hoy López es buscado intensamente en todo el país, dado que desde hace quince días desapareció y no se tuvo más noticias de él.

El albañil es, según el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, el primer desaparecido que desaparece desde el regreso de la democracia, el presidente del Tribunal que juzgó a Etchecolatz fue amenazado, así también como dos jueces federales y un fiscal del interior que investigan causas judiciales de la misma índole. Estos hechos son gravísimos para la vida institucional de un país que nunca pudo cerrar sus heridas y que, mediante este tipo de acciones, se intenta volver a lo peor del pasado. Resulta indignante que aquellos que apoyaron el golpe de Estado de 1976 y que por acción u omisión, callaron el genocidio que se estaba gestando, hoy pidan clemencia y mirar para adelante, cuando el pasado todavía no fue resuelto. Más grave aún es que estas personas que en su momento pisotearon la Constitución Nacional, hoy se amparen en ciertos derechos que ella otorga. Han pasado treinta años del último y más sangriento golpe, pero hay sectores peligrosos que lo siguen reivindicando y desconocen lo que se ha probado: el genocidio. Esos sectores son los que, desde las acciones psicológicas, los correos electrónicos y las llamadas con amenazas, intentan crear el miedo y la paranoia en la sociedad, que nunca más quiere ver falcons verdes en la puerta de su casa.

¿Hasta cuándo el gobernador de turno seguirá descabezando las cúpulas de las fuerzas de seguridad sin llegar a la raíz del problema? Se debe, entre otras cosas, modificar la educación en las fuerzas armadas y policiales, que posibilitan que la confusión de ideas y pensamientos transforme a estas personas en asesinos. Se necesita además, el compromiso explícito de las fuerzas de no incurrir en acciones que puedan desatar temores y sospechas de una vuelta a los años violentos de la Argentina.



Fecha del artículo: octubre de 2006

Publicado en: Trabajo Práctico para el Instituto Grafotécnico

El país del ‘Nunca Jamás’

SE CONOCE COMO EL SÍNDROME DE PETER PAN

El país del ‘Nunca Jamás’

Son adultos en cuanto a la edad, pero su comportamiento es, todavía, el de un adolescente que no quiere asumir responsabilidades y que depende de las demás personas

Seguramente hemos escuchado muchas veces que las madres quieren parecerse a sus hijas, poniéndose la misma ropa, teniendo el mismo corte de pelo, o escuchando la misma música. O quizás, también, nos han comentado que es el padre, en vez del hijo, el que mira en la televisión los dibujitos animados o colecciona figuritas de la década de los ochenta. Más preocupante es esa persona que todavía no se haya ido de la casa paterna, teniendo los medios necesarios para poder hacerlo. Estamos ante un nuevo fenómeno: la gente adulta que no quiere crecer y que vive en mundos de fantasía, en el cual el tiempo, para ellos, no ha transcurrido.

RECONOCIENDO A PETER PAN

En 1983, el psicólogo Dan Kiley, se basó en el cuento de “Peter Pan”, escrito por el escocés James Matews Barrie en 1904, para dar forma a un estudio: el Síndrome de Peter Pan. Este comportamiento tiene varias características, y un denominador común: la falta de madurez. Este síndrome, según Kiley, es el “conjunto de características que tiene aquella persona que no sabe o no quiere renunciar a ser un hijo o una hija para empezar a ser padre o madre”. Se trata de una negación de superar etapas que hace una persona que no quiere ingresar en la vida adulta, lo que conlleva que no quieran asumir responsabilidades. “Durante el tiempo que se está bajo este síndrome, se vive con vistas a muy corto plazo, la persona se siente insatisfecha con lo que lo rodea pero sin hacer nada para solucionarlo. Buscan siempre la culpabilidad de todo lo que sucede a su alrededor en los demás, sin que nunca se sienta realmente parte del problema, y ni siquiera de la solución”. Pero casi siempre, hay alguien que hace esas tareas por ellos y es lo que Kiley llamó “Síntoma de Wendy”.

Hay varias particularidades entre los que poseen este tipo de problemas, ya que generalmente viven en mundos de fantasía, donde el centro de ese mundo son ellos mismos. Esto incluye que sus necesidades son urgentes y no pueden esperar a satisfacerlas, el deseo de ser cuidados por otra persona, necesidad de tener tiempo libre, etc. En ese mundo ficticio, que Kiley llamó ‘País del Nunca Jamás’, ellos no creen tener ningún tipo de responsabilidades, ya que la falta de madurez imposibilita asumir cualquier compromiso. Otra característica fundamental es que son seres inestables en todo sentido: su humor cambia constantemente, desde la broma hasta el enojo, sus relaciones sentimentales son inseguras, sus opiniones son cambiantes, su comportamiento es asemejable al de un adolescente, aunque ya haya pasado los treinta años.

Muchos jóvenes deciden quedarse a vivir en la casa de sus padres, aún cuando tengan posibilidades económicas de hacerlo. Es cierto que cada vez está más difícil alquilar un departamento, ya que los precios, desde la devaluación, se han duplicado. Y también es verdad, que el mercado laboral no asegura un buen futuro económico: el trabajo denominado ‘en negro’ alcanza el cuarenta por ciento, los contratos son cortos y no renovables, los salarios son bajos y siempre quedan en desventaja con respecto al índice inflacionario. Pero la cuestión pasa por otro lado. Se trata aquí de las personas que, teniendo las posibilidades económicas de hacerlo, siguen habitando la casa paterna. “No sé si soy adolescente, joven o adulto, probablemente es un cóctel de las tres cosas. Vivo con mis padres por instinto de supervivencia. No estoy dispuesto a renunciar al confort y a la seguridad que tengo allí”, relata Christian, un joven de 29 años. Pero ¿qué pasaría si a este joven, como a muchos otros, se los deja abandonados en una isla lejana del pacífico y no se los prepara para tal acontecimiento?

LAS POSIBLES CAUSAS

Todas las personas, en algún momento de su vida, necesitan independizarse de los padres. Eso incluye la independencia emocional, económica, y social de la familia. Es un proceso natural que vive el ser humano y constituye una etapa de maduración, de hacer las cosas por uno mismo, de tomar responsabilidades, de mantenernos económicamente, etc. Todas estas cuestiones deben aprenderse en la adolescencia para que cuando ingrese en el mundo adulto, sepa como desenvolverse. “Este ‘despegarse’ tiene una doble dirección en cuanto a necesidad y beneficios. Es decir, es sano tanto para los hijos como para los padres. Es parte inherente a la evolución de ambos”, asegura la Licenciada Eliana Maratea. Pero hay veces que sobre los padres incide más la cuestión del “nido vacío” que el alivio de no tener que mantener más a su hijo, por ejemplo. Para alcanzar la adultez, una persona debe esforzarse en llegar a ella y debe elegir ser adulto.

El miedo al fracaso es otra de las causas que operan en la constitución de este tipo de personas. El psicólogo J. Haley afirma que “el éxito o el fracaso extra hogareño de un joven forma parte inextricable de la reorganización familiar ya que se establecen nuevos ordenamientos jerárquicos y nuevas vías de comunicación”. En este contexto Haley argumenta que el hijo forma parte de una triangulación (junto a sus padres o junto a su madre y abuela, por ejemplo) en la que todos los miembros se sienten seguros de pertenecer a ese sistema. Ello explica porque un hijo puede quedar muy apegado, incluso en edades avanzadas, a sus padres o a su familia.

Los Peter Pan no sólo son estudiados por los psicólogos. Los publicistas y gerentes de marketing le están prestando mucha atención a éste fenómeno y se han convertido en una de las causas de la infantilización de los adultos. En los Estados Unidos, al observar que muchos adultos (entre 18 y 50 años) miraban más el canal de dibujos animados Cartoon Network, que sus propios hijos; o que los clientes de la tradicional marca ‘Lego’ superan los 18 años, se inventó un nuevo término para definir este fenómeno: Kidult. Esto es la mezcla entre las palabras inglesas ‘kid’ (chico) y ‘adult’ (adulto), aquí conocido como ‘adultescentes’.

“Estamos en un momento en que la juventud dejó de ser una edad para convertirse en un estilo de vida. La novedad es un elemento constitutivo del mercado y por definición lo joven como estilo de vida siempre está buscando renovarse”, dice Sebastián Codeseira, publicista de la agencia JWT. Es así como la mayoría de las campañas publicitarias están orientadas a los jóvenes y su mundo, pero para no perder terreno con las personas adultas, muchas empresas, a través de distintos mecanismos, incluyen a la población adulta. Por eso, se observan las campañas de CTI ofreciendo un plan con el lema “Si sos joven sos parte”, y al tiempo mucha gente adulta se inscribió en ese plan. Si hablamos de ropa, notaremos que grandes y chicos pueden compartir la misma ropa, los mismos perfumes, etc. Federico Bonomi, de Kosiuko, dice que “todo se está estandarizando. Los grandes y chicos pueden compartir la ropa y los lugares. Por eso hacés ropa para todos: los grandes recuerdan cosas de su infancia y su adolescencia, y los pibes se copan con lo retro”.

Otro aspecto importante es la televisión, y el canal referencia en estas cuestiones es ‘Retro’, antes llamado ‘Uniseries’. Con una campaña destinada a captar a los adultos de más de treinta con series como Stark & Hutch, Bonanza, Mork y Mindy, Los Intocables, El Super Agente 86, El Santo, Hulk, Star Wars, etc. Justamente Hulk y Star Wars fueron llevados al cine y fueron vistas por millones de personas, incluyendo niños, jóvenes, padres, abuelos, es decir, familias enteras. Otra cadena estadounidense, Fox, destina parte de su grilla, bajo el nombre de “¡No molestar!”, a dibujos animados para adultos como Futurama o Padre de Familia, y las últimas películas como Los Increíbles o Shrek, muestran un contenido apto para todo público, pero con bastantes guiños al sector adulto.

En cuanto a la música, hay varios ejemplos destacables, ya que el rock no sólo abarca a los grandes, sino que, a través de las letras, varios músicos intentan convencer a la sociedad de que el límite entre un joven y un adulto es imperceptible. Hace 9 años, la banda punk Attaque 77 cantaba en su tema “Crecer”: “Con los años yo crecí, solo por decirlo así / viviendo en contra del tiempo / atados a viejos recuerdos, / un mundo de fantasías / no quiero crecer / ni ser responsable, seguro y estable / Yo quiero juguetes y dulces y buenos tratos / no quiero compromisos ni hacerme cargo”. La banda de Haedo, Árbol, es seguida por chicos y no tanto, El Otro Yo, cuyos integrantes sobrepasan los treinta años, tiene muchas letras destinadas al público joven, y su bajista, María Fernanda Aldana canta con voz infantil. Un caso paradigmático es el de Carlos Rodríguez, más conocido como Nekro y ex cantante de la banda de hardcore punk Fun People. En recientes declaraciones al diario Clarín, dijo que su “postura es que hay que crecer sin madurar”. Así mismo, él se llamó el “Endless Kinder” (traducido como el ‘niño sin fin’).

Pero si se toma en cuenta el principio de acción y reacción, el marketing ha encontrado el lado opuesto a los Peter Pan y a los ‘kidults’. Los han bautizado, en un juego de palabras en inglés, “tweenagers” (mezcla de teen –adolescente-, wee –pequeñito- y between – entre-) y define a los chicos entre 10 y 14 años, que ya viven como grandes y su principal característica es el consumo. Desde tecnología (Internet, chat, videos, celular, cds) e información (tv, radio, revistas) hasta ropa (generalmente de marca, zapatillas último modelo, etc). Son los que deciden las compras hogareñas, comidas, electrodomésticos, y hasta el auto familiar. Cynthia Kern, dueña y diseñadora de Kosiuko - la marca más elegida por estos chicos-, dice que “ a los 10 años ya buscan modelos de grandes, no quieren saber nada con la línea de chicos. Y si bien van a comprar con sus padres, los que deciden son ellos”.

LA VUELTA A LA REALIDAD

Según los especialistas, la etapa de la pubertad (alrededor de los once años) en la que se empiezan a manifestar los cambios físicos y temperamentales, es fundamental para que esa persona se desenvuelva luego como un adulto. Recomiendan darles responsabilidades progresivas, ya que si bien tienen derechos, también poseen algunas obligaciones. No se les debe sobreprotegerlos y solucionarles todos los problemas, ya que después no sabrán como actuar en solitario frente a un problema. El tema del dinero también es importante: deben aprender a manejar su propia plata y administrarla lo mejor posible, esto se puede lograr dándoles una mensualidad por trabajos en la casa, por ejemplo.

Si se trata de una persona con este síndrome, lo principal es que se de cuenta de que tiene un problema, lo que no es nada sencillo. La mejor forma de que un hombre se recupere es permitir que enfrente la realidad y asuma las consecuencias de su conducta. A veces, necesitan sentir en carne propia los efectos de sus actos, es por eso que aconsejan a la persona que lo ayuda, que no se haga cargo de las responsabilidades de Peter Pan. Así mismo, se debe alentarlo a que desarrolle su potencial adulto y rescatar las partes positivas de su personalidad. Además, se sugiere una terapia psicológica, en lo posible, de pareja o familiar, para evitar caer en el error de que el problema sólo lo tiene Peter Pan, cuando también esto incide en los que favorecen este tipo de conductas.

El mundo de fantasía de los Peter Pan constituye un escape a varios problemas que se generan en la persona, pero con decisión y educación es posible que ese mundo ficticio se transforme en la realidad.

FUENTES:

  • Dan Kiley, “El síndrome de Peter Pan”, 1983, Ed Javier Vergara.

  • J. Haley, "Trastornos de la emancipación juvenil y terapia familiar", 1985, Ed. Amorrortu Editores.


Fecha del artículo: agosto de 2006

Publicado en: Trabajo Práctico para el Instituto Grafotécnico

Ricardo Enrique Bochini

Muchas veces dicen que las camisetas y los números que llevan inscriptos son extensiones mismas de la piel humana. Así como la camiseta número diez de la Selección Argentina refleja a Diego Armando Maradona o el número 23 en una camiseta de basquetbol representa a Michael Jordan, la número diez del Club Atlético Independiente sólo remite a un nombre y a un hombre: Ricardo Bochini. Un muchacho petiso y semi calvo que debutó en el Rojo en junio de 1972 – en San Lorenzo no llegaron a probarlo, y en Boca lo rechazaron inmediatamente- y que se transformó en un símbolo no sólo para su equipo, sino para todo el fútbol argentino. Bastante introvertido en la intimidad, en la cancha era un diablo. Era muy difícil marcarlo, ya que sus gambetas endemoniadas enloquecían a los defensores de los equipos contrarios: movimientos rápidos, amagues, quiebres de cintura. Apodado “El Genio”, fue fiel a la camiseta del Rojo por veinte años y allí ganó absolutamente todo, batiendo, incluso, varios récords. Es el jugador con más encuentros disputados para Independiente, ganó cuatro títulos en el ámbito nacional y nueve copas internacionales. En el fútbol local se quedó a tres goles de los cien, pero siempre convirtió tantos en momentos trascendentes. Quizás el más recordado por todos sea aquella fantástica pared con Daniel Bertoni frente a Juventus, en el Estadio Olímpico de Roma, que posibilitó que Los Diablos Rojos ganaran su primer Copa Intercontinental en 1973. Y si bien convirtió pocos, no le gustaba festejar los goles de penal. Era una persona que se ubicaba lejos de la demagogia y de las declaraciones explosivas, tan presentes en el fútbol de hoy. Él contestaba con lo que mejor sabía: jugar. Su gran panorama dentro de la cancha, dio origen a una leyenda: “Bochini tenía ojos en la nuca”. Jugaba y hacía jugar, disfrutaba cada pase de gol que daba, cada jugada que iniciaba. Vistió la camiseta de la Selección en el Mundial de México 1986, pero jugó apenas seis minutos. No obstante, en una jugada combinó una pared con Diego Armando Maradona, quien luego dijo que “fue como tirar una pared con Dios”. Una tarde de mayo de 1991 el Genio, el Bocha, el Pelado, le dijo adiós a las canchas por siempre.


Fecha del artículo: marzo de 2006

Publicado en: Trabajo Práctico para el Instituto Grafotécnico



sábado, 22 de marzo de 2008

Contaminación visual o contracultura

Cada vez abundan más las expresiones callejeras destinadas a revelar las ideas de los artistas. Un simple cartel o una pintada es el nuevo arte, al que muchos quieren perseguir.

En muchas paredes, sobre todo las pertenecientes a organismos públicos, se lee un cartel que dice: “Prohibido fijar carteles. Ordenanza municipal”. Pero la realidad, es que ésto no se cumple. Ya no se habla sólo de invasión al espacio público y privado, sino que ya hay especialistas que dictaminan que toda la publicidad callejera es parte de la contaminación visual. Pancartas, afiches, pintadas, graffittis, stencils y todo lo que puede ser asemejable a ellos, constituyen un canal de expresión alternativa a los medios de comunicación masiva.

Ahora bien, pareciera que los carteles de publicidad que invaden toda la Avenida Corrientes, por ejemplo, son mucho más aceptados visualmente, que una pintada política o futbolera. ¿Por qué se da esta situación? Martín, artista que pinta stencils en la calle y que se define como “graffittero”, nos dice que “hoy casi todo pasa por los mensajes televisivos e internet, pero nosotros estamos demostrando que hay otra cultura afuera, una cultura que no quieren los medios, que desprecia la gente. Un graffitti es la expresión popular de aquellos que quieren mostrar un mensaje claro, rápido y barato”. Martín, como muchos otros, pintan paredes en breves minutos y están atentos a cualquier persona que pase por allí. Es que esa actividad está prohibida por la ley, por lo cual actúan en sitios muy reducidos, y a altas horas de la noche. Reticente a ser retratado, sostiene que “el artista no importa, lo que vale es el arte, es la expresión pura del ser humano”.

Esta actividad data de muchos siglos atrás, cuando se inventaron las primeras formas de escritura, pero fue recién en el siglo veinte cuando se convirtió en una forma de expresión del anti-sistema. Desde las pintadas en las ciudades francesas en 1968, pasando por las pintadas de los hinchas de fútbol, hasta la crisis de 2001, el graffitti fue evolucionando hasta convertirse en obejto de estudio de muchos sociólogos.

Pero no sólo existen este tipo de actos, ya que cualquier medio es válido, según ellos, para transmitir lo que quieren expresar: día a día, nos encontramos en los colectivos con pequeños papelitos de bandas pegadas en el timbre, o en los palos de sémaforos o en los que sostienen el cableado de la luz. Es la forma más fácil y barata de hacerse conocer. Si bien es cierto que el auge de Internet acercó mucho las cosas, el primitivismo está a la órden del día. “¿Por qué es más válido que una multinacional te ponga un cartel enorme en la puerta de tu casa, que seguro que vale miles de pesos hacerlo, y el pobre tipo que tiene un pequeño emprendimiento no puede pegar un cartel en un semáforo? Es todo culpa del sistema, que hace que ciertos mensajes sean aceptados y otros rechazados. La cultura no es una sola, aunque muchos quieren que sea así, las cooperativas, las fundaciones sociales, las bandas de música de autogestión, los artistas callejeros, los malabaristas en los semáforos, todos somos otra parte de la cultura, o de la otra cultura, si lo querés llamar así, pero el objetivo es claro: una vez leí un graffiti que decía 'si las paredes de los diarios son del capital, las paredes son nuestras' y eso es lo cierto”.

Desde 2001 hasta la fecha el espacio artístico se ha modificado. Generalmente ahora se usa para la protesta política, cuando hasta hace un tiempo sólo se usaba para las manifestaciones de fútbol y música. Un ejemplo claro fue cuando el presidente de los Estados Unidos vino al país, y la ciudad de Buenos Aires se llenó de carteles y pintadas anti imperialistas, claro ejemplo de como el arte se manifiesta. Si bien hay ciertos códigos y zonas donde pintar y donde no, cada día vemos más arte callejero, no importa si como forma de stencil, pintado a mano, o en un simple cartel pegado en el subte, importa el mensaje y que es lo que se quiere transmitir.


Fecha del artículo: noviembre de 2006

Publicado en: Trabajo Práctico para el Instituto Grafotécnico

Fotos: Ezequiel Karlen


Un problema cultural

En estas últimas dos semanas los episodios de violencia en las canchas han vuelto a ser noticia. Cualquier partido, ya sea de primera o del ascenso es un riesgo, y no necesariamente ocurren los fines de semana, como pasó con un encuentro entre Platense.

Hasta hace un tiempo el público futbolero había revertido una tendencia que se acentuaba cada vez más, ya que la gente volvió a ir a las canchas y batiendo récords de venta de entradas, por eso cabe preguntarse qué pasará ahora, a un día del Superclásico entre River y Boca, y en medio de amenazas de suspensión del deporte más popular del país. La violencia en el deporte, especialmente en el fútbol, es algo que nunca se pudo erradicar, a veces aumenta, a veces disminuye, pero siempre está. Y no sólo aquí, pero si nos comparamos con el exterior, la conclusión puede ser una sola: estamos muy lejos de Europa en materia de seguridad. Es cierto que los hooligans, los ultras italianos y españoles siguen existiendo, pero ellos han logrado avanzar bastante, ya que se trata de tomar medidas concretas y de aplicar un elemento fundamental: educación.

Una de las medidas propuestas sería que los partidos sólo se jueguen con público local, lo que constituye una barbaridad por tres razones: primero, el pobre hincha del equipo visitante no tiene la culpa de que en su club existan treinta o cuarenta delincuentes. En segundo lugar, sería un perjuicio económico bastante grande para los clubes chicos. Y tercero, ¿Qué sucedería si el equipo local es goleado y son los barras de ese equipo los que provocan desmanes?

Se estableció por ley que las canchas con más de 20 mil espectadores deben tener a todos sus espectadores sentados. ¿Es esto aplicable en este país? Sería una locura pensar que en las canchas de Argentina no existan más los alambrados o que todos los espectadores estén de pie, como sucede en España, país en el cual todos los asientos son numerados y se respetan estrictamente todas las ubicaciones. Además, la violencia de los ultras genera un profundo rechazo social en ese país, y hasta en un partido del Atlético de Madrid, los hinchas de ese equipo pidieron expulsar del estadio a los barras porque habían roto un minuto de silencio. Aquí, en cambio muchas veces los simpatizantes subidos al alambrado aplauden la suspensión de un partido porque eso es parte del “aguante”.

Por eso, no basta con lograr un acuerdo para expulsar a los barrabravas de los estadios, o que los partidos se jueguen sin público visitante. Se debe ir a la raíz del problema, un problema cultural que ya lleva décadas y si seguimos así van a ser más los muertos que los hinchas.




Fecha del artículo: octubre de 2006
Publicado en: Trabajo Práctico para el Instituto Grafotécnico

viernes, 21 de marzo de 2008

Número Cero

¿Cuál será la razón por la que hoy en día la información es demasiado abundante, pero que en realidad se observa que las personas no están informadas? Vemos numerosas situaciones en las que sucede esto: tanto los sitios de internet, los weblogs, los fotoblogs, la televisión ayudan a que estemos siempre en contacto con información. Ésta puede ser necesaria, pero se trata de apuntar a que tipo de información nos llega. Hoy el mundo anda muy rápido: el tiempo ya dejó de ser oro sino que se convirtió en algo mucho más valioso que eso. Nada puede esperar, todo se desarrolla a una velocidad extrema en la cual si no llegás a tiempo te quedás fuera del espacio. Y el caudal de info es tal que la gente ya no lee, sino que mira como se desarrolla el andar del mundo sin preguntarse ni cuestionarse nada.

"Visión del Mundo" es un espacio personal, en el cual subiré notas pasadas que he escrito, pero también apunta al presente y al futuro, a lo que pasó, lo que pasa y lo que vendrá.

Espero que puedan disfrutar de este espacio que les brindo. Saludos.